jueves, 29 de diciembre de 2011

LEJANA

Te me has vuelto un sueño imposible,
Te has convertido en una ruta indescifrable.
Tienes el silencio como mejor palabra
Y por más que busco no logro hacer que me veas.

Eres lejana como la luna
Hoy eres un amor imposible
Eres el fuego que no arde
Unas lágrimas que no brotan.

Te quiero ver feliz aunque sea con alguien más,
Aunque espero atento que gires a verme.
Me estiro y no llego, te alejas;
No te toco, te desvaneces.

He visto las estrellas para ubicarte
Ellas me han dicho que estas más lejos.
Te he buscado en las noches,
Ellas me han dicho que ya no sueñas conmigo.

Me parte sentirte resignada a escucharme
Quisiera no ser tan testarudo;
Las veces que te sentí cerca,
No descifre el mensaje y no entendí la indirecta.

Si tú supieras quien soy ahora;
Si entendieras que yo moriría por ti;
Si entendieras que yo ya me muero por ti.
Ó si al menos yo podría entenderte.

Ganas de decirte que soy yo el adecuado,
Ganas de tu decirme que ya no te hago feliz;
Eres la estrella que ya no me guía,
El viento que ya no me acoge.

Eres un amor imposible,
Un sueño no capaz de hacer feliz;
No aparecerás de la nada otra vez,
Desparecerás poco a poco, más y más.

No estás cerca, no volverás  estarlo;
Poco a poco tu camino se abrirá más;
Pero si aun así supieras que yo puedo hacer más
Te me has hecho un imposible.

Ya perdí aunque sigo queriendo ganar,
La dulzura no volverá para alentarme;
Estaré siempre esperando en la acera del frente
Cuidándote o esperándote.

martes, 27 de diciembre de 2011

¿Te has visto…?

Yo nunca había visto alguien tan bella como tú, tienes la belleza pura que me gusta y la sonrisa espontanea que me enloquece; brillas más que el sol durante las mañanas y por las noches  tus ojos se posan junto a la luna para ayudarla a verse perfecta; no entiendo cómo es que alguna vez tuve la suerte de abrazarte y no sé si volveré a tener la oportunidad de hacerlo pero te recuerdo porque yo si te he visto y nadie es más bella que tu, llevas belleza inyectada en cada centímetro de tu cuerpo; yo que he tenido la suerte de verte desde hace años te pregunto…
¿Te has visto cuando tenías cinco años?
Yo solo pude verte por fotos pero eras tan bella como ahora, siempre sonriendo y jugando; cuando tenias cinco años llevabas el cabello justo como ahora lo debes tener, todo alborotado y un poco sobre el rostro, estoy seguro que eras la niña más bonita.
¿Te has visto cuando tenías catorce años?
Yo si tuve la suerte y me enamoraste; te veía de lejos y me encantaba verte conversar con tus amigas, me gustaba buscar pretextos para hablarte o al menos para estar cerca de ti, siempre estabas riendo y de algún modo eso me hacia feliz; tu sonrisa siempre marco mi vida.
¿Te has visto cuando tenías dieciocho años?
En aquel tiempo no solo tuve la suerte de verte sino también de poder acercarme a ti, de cerca eres más bella aun de lo que ya eres cuando se te ve de lejos, tu sonrisa siempre en tus labios y tus ojos que me perdían por completo, podía pasar horas viéndote y jamás me aburría; a esa edad algo había cambiado en tu rostro pero no importaba, aunque faltara algo para mi seguías siendo igual de bella y por supuesto perfecta.
¿Te has visto despertar?
Estoy seguro de que no pero quiero decirte que cuando despiertas solo abres un ojo y miras alrededor para ver que hay, solo después que inspeccionas todo abres el otro; te encanta levantarte lento como si nada te apurara y solo cuando estás muy tarde, pegas un brinco y te desesperas dando instrucciones; aun así eres la mujer más bella del mundo, tu cabello siempre alborotado y en la cara pero perfecta para admirarte.
¿Te has visto en vestido?
Aunque antes mis celos hacían pierda papeles, con vestido me terminaste de enamorar; pareces un angelito que cayó del cielo cuando lo usas, siempre estas sonriendo y jugando con tu cabello, es la única vez que no te encuentro con el cabello en la cara, pero conforme van pasando las horas, el cabello regresa a su lugar y me sigues recordando a la chica que vi por primera vez en el colegio.
¿Te has visto sonreír?
Es lo que más sueles haces durante el día, siempre andas sonriendo y se te ve muy bien; tu sonrisa me enamora cada vez mas y mas, la tengo grabada en la mente y es por eso aunque estés muy lejos que yo no puedo olvidarte, se perfectamente cómo hacerte reír y como hacerte enojar, eres un sueño hecho realidad.
¿Te has visto comer?
No he tenido el placer de disfrutarte como vegana pero antes de que cambiaras de hábitos comimos infinidad de veces, hasta has comido lo que yo te he preparado; cuando comes también sonríes y tus ojos brillan mas, me encanta verte comer, me encanta verte sonreír, en general me encanta verte.
A lo largo de mucho años he tenido el placer de verte en muchas ocasiones, me encanta hacerlo y aunque hoy no tengo la posibilidad de hacerlo, igual llevo todos tus recuerdos en la mente; eres definitivamente rara y tienes un carácter bastante especial pero así me gustas, con tus pros y tus contras me encantas; tienes las  dosis justas en ti, simplemente me haces acelerar el corazón; ¿tú te has visto?

lunes, 26 de diciembre de 2011

Carta de amor

Eres brisa fresca de un día caluroso, eres la ráfaga de luz en la oscuridad de la noche, eres aquello que regresa pero jamás para quedarse; ¿No me ves parado frente a ti? ¿No me ves ahogarme en la ansiedad? ¿No me sientes tan cerca que si quisieras podrías tocarme?; me lleno de preguntas pero es en vano porque jamás tendré respuestas; Hace unos días me desperté pensando en darte mi adiós, alejarme de tu vida para siempre y darte la oportunidad de que seas feliz aunque sea lejos mío y deba resignarme con verte andar los pasos que planeamos con alguien más, alguien que pueda darte lo que yo no puedo ya que la distancia que nos separa es enorme, el amor verdadero es ese, el que no tiene ataduras, ni egoísmos, el que se disfruta en libertad e independencia, el que a pesar de ser un gran amor, es renuncia y a la vez es entrega y así es mi amor por ti; un amor que sobre pasa lo momentos difíciles y jamás te abandona; en cambio hoy ya no se qué pensar, me inyectas más ganas de luchar por ti y quiero hacerlo, me encantaría poder decir “ya no más” pero el amor que siento por ti es este amor que me quema por dentro pero que a la vez me llena de esperanza, de deseos por la vida, que me ayuda a no equivocarme en la espera y que me levanta cuando estoy a punto de derrumbarme. Por eso pienso que para el amor verdadero no hay barreras, ni el tiempo ni la distancia son suficientes para terminar con este amor maravilloso que nace del alma y termina moviéndose en cada parte de mi ser; nace de lo más profundo del corazón, un amor que en vez de deteriorarse va en aumento cada día, es el tonto amor que siento yo por ti; ¿es que acaso no lo ves? ¿Es que acaso no soy suficiente para ti? ¿Cuántas vidas más debo esperar para poder verte sentada nuevamente junto a mí?... Es en vano que trates de alejarme, podrás sacarme de tu vida pero tú te quedaste impregnada en mí, te llevo más marcada que mis propios tatuajes y es porque tu te hiciste desde adentro y no con tinta sino con ilusión, con sueños que dejaron de ser míos o tuyos y yo los hice “nuestros”; ayer me dijiste “te va bien” y en realidad lo único que quería decirte es que estaba equivocada porque la frase correcta es “nos va bien”, hace mucho tiempo que los logros del uno eran los logros del otro y aunque parece que tú has olvidado todo eso, yo sigo pensando que somos uno a pesar de todo.
Ya no soy un celoso empedernido ni tampoco un esquizofrénico que ve cosas donde no hay pero necesito mas de ti, en este tiempo separados no he podido disfrutarte ni un poquito y la verdad es que te extraño, sin las ganas que me inyectabas yo ahora solo soy una persona que está a punto de secarse por dentro, estas lejos pero porque tu quieres, tú haces que mil cuatrocientos kilómetros sean una vida entre nosotros cuando para mi podría pasar caminando ese trayecto sin ningún problema; entiende algo, te amo; ¿Por qué? No lo sé, no tengo motivos para amarte sin embargo lo hago, te amo porque eres tú, no hay razones y no las necesito; cuando tú estás conmigo todo es mucho mejor, podría vivir sin ti pero no quiero, ojala algún día me entiendas, ¿quieres mi amistad? Entonces la tienes, ¿quieres mi ayuda? Entonces la tienes ¿quieres mi apoyo? Entonces lo tienes pero te prometo que algún día te voy a recuperar, no me importa cuando tiempo pase ni por cuantos lugares deba buscarte, algún día volveremos a ser uno.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Mi hermana

A los ocho años llego a casa una personita que yo a esa edad no le di el valor que debía, es mas creo que me he demorado mucho en valorar lo especial e importante que es en mi vida. Siendo sincero, renegué algún tiempo porque no fue hombre como quise al inicio; en mi pequeña cabeza solo quería un compañero de juego y no vi que a cambio tenía una compañera de la vida, alguien que nunca ha dejado de creer en mí por ningún motivo y en ningún momento; hoy puedo decir que tengo la suerte de tener una hermana y por eso le doy gracias a Dios.
Con mi hermana no conversamos mucho porque la conversación no es nuestro fuerte sin embargo hemos vivido muchas cosas juntos y por eso ambos sabemos que contamos el uno con el otro para apoyarnos y sobre todo para querernos; se podrán acabar muchas cosas pero el lazo que nos une jamás.
Hemos compartido cosas tan triviales como un helado hasta las cosas más serias como un dolor del alma; es raro pero nunca necesitamos contarnos nada, sin necesidad de ser llamados, nosotros ya estábamos ahí para el otro y hasta hoy aun con la distancia física, nunca me ha abandonado; se que ella está conmigo cuando doy un examen, cuando consigo algo importante o incluso cuando lloro.
El cariño que siento por ella no tiene límites y tampoco condiciones, nunca habrá algo ni alguien que me haga pensar que ella es mala o débil, la vida nos ha llevado por caminos a veces difíciles y ella siempre ha sabido salir victoriosa en todos, tiene fuerza en el alma; en cambio yo debo decir  que soy muy débil y es muchas veces el ejemplo de su fuerza el que me hace avanzar, gracias por enseñarme tanto a pesar de ser menor que yo.
Los recuerdos de la niñez son bastante graciosos; jugamos a ser detectives, superhéroes o cocineros; no importaba el juego, yo proponía y ella me seguía, así es como el patio de nuestra casa se convirtió en la CIA o en una gran cocina y no puedo dejar de recordar las veces que hacíamos los ataques de los dibujos animados chinos (dragon ball); todos esos recuerdos mis padres los tienen en fotos pero yo los llevo tatuados en el corazón.
La primera de mi familia en enterarse de mi tatuaje fue ella y le agradezco por haberme guardado tan bien el secreto que solo duro dos días (jajaja); ya no puedo decirle que tiene prohibido hacerse uno así que solo le digo que si se hace uno, yo mismo se lo borro.
Por último lo más importante; mi gran hermana… “nunca te olvides que cuentas conmigo para lo que quieres, puedes contarme lo que sea y cuando sea, yo estaré ahí para ti; aunque soy más grande que tu, también tuve edad y sé que es un poco difícil así que solo te doy el consejo que mejor se dar: sonríe y nunca te olvides de ayudar a las personas que te necesitan, el resto viene solo; por cierto, discúlpame porque jamás he sido un gran hermano, tengo un modo raro de ser pero a pesar de mi, quiero que sepas que te quiero y nunca olvidare que eres la que me escucha aunque finge que no le importo pero sobre todo eres la que nunca se va, porque durante toda mi vida muchas persona se han rendido conmigo, se han dado por vencidos, incluso las personas que no creía que lo harían lo han hecho pero en cambio tu nunca me has dado la espalda, siempre has estado ahí y me has dado tu apoyo, más que eso, me has empujado y me has elevado. Gracias por existir y por nunca dejarme caer.”




domingo, 18 de diciembre de 2011

La cita

Estaba Alejandro sentado al lado de una chica que no conocía, vio su reloj y eran las cuatro de la tarde, va retrasado porque su cita era a las tres y necesitara quince minutos más para llegar a su destino; el autobús esta medio lleno y a él empieza a incomodarle las miradas que de rato en rato le lanza la chica de su costado de modo que gira el rostro hacia la ventana para no ofuscarse más; la cita es importante, la ha planeado con dos semanas de anticipación y no tiene como avisar que se demorara aun un rato mas en llegar porque su celular lo olvido en su habitación por el apuro de vestirse lo más rápidamente posible; el esta vestido con unos jeans color plomo y una polera verde, ese fue el trato de cómo debía vestirse él para ser reconocido por su cita, no es que no la haya visto antes o que se conocieran por medio de internet; es una chica, es una amiga de la secundaria que no ha visto hace quince años y ha llegado a la ciudad solo por unos días; el luce sereno porque así lo práctico todos los días desde que se pacto la cita aunque en realidad por dentro estaba sumamente nervioso; lo que su amiga nunca supo es que le guardaba un amor desde la primera vez que la vio, nunca tuvo oportunidad de decírselo, trato de insinuarlo cuando acabaron el colegio pero ya fue muy tarde; Alejandro sabe perfectamente que siempre fue un cobarde para esas cosas y tal vez aun hoy siga siéndolo porque aun sonríe tímidamente y tiembla cuando ve la foto que guarda de ella en su computador. Los minutos siguen pasando y el autobús ahora está atascado en una tira de autos de nunca acabar; para colmo de males ahora la chica del costado no le saca los ojos de encima y parece dispuesta a iniciar una conversación, el espera que no sea así para no parecer descortés pero al final sucede, ella le habla.
-¿cómo te llamas?- Pregunta la chica con un tonto de voz entre avergonzada y confundida.
-Alejandro, disculpa pero ahora no deseo hablar- Respondió el y haciendo el gesto al mismo tiempo para girar y no darle opción a responder.
El definitivamente estaba en otra cosa, su urgencia inmediata era llegar a la plaza Cielo para luego caminar dos cuadras hacia la derecha y llegar al café “montañez”, no podía espera al momento de volver a verla, la recordaba gracias a la foto que guardaba pero el sabia que definitivamente habría cambiado, en su mente ella permanecía en una urna, sus cabellos largos que llegaban casi a media espalda y de color marrón, sus ojos tiernos y sobre todo sus mejillas suaves; durante toda la secundaria el estuvo seguro de que ella tenía la piel más suave de todas, nunca pudo tocarla pero con algunos roces esporádicos le basto para dar por sentada la suavidad; su aroma era a madera de pino o tal vez a canela suave o incluso una mezcla de ambas, no lo recordaba bien pero si sabía que la reconocería aun con los ojos cerrados cuando la tuviera cerca. Pasado un rato se dio cuenta de lo descortés que había sido con la chica que se sentaba a su lado y quiso disculparse pero cuando giro la cabeza ella también miraba hacia otra parte, pidió una disculpa mental y pensó para sí mismo que definitivamente era lo mejor; ya solo faltaban dos cuadras para llegar así que decidido terminar el recorrido a pie, el trafico haría que esas dos cuadras tomaran el tiempo de ocho; se paro y sin girar para no ver la probable cara de disgusto de la chica, se bajo rápidamente.
Camino acelerando el paso lo mas que pudo y veía el reloj cada cierto tiempo solo para cerciorarse de que el tiempo no se había detenido por una gracia divina, llego a la plaza cielo y vio un vendedor de flores, compro rosas, el vendedor solo tenía seis así que se llevo esas, en el camino que restaba pensaría alguna excusa por el numero, debía tener una razón para que sean seis y no ocho o doce; cuando estuvo a unos pocos pasos del café las piernas la flaquearon, se vio a sí mismo como un adolecente otra vez, el nervio que se siente hasta el alma; las mariposas en el estomago, aunque él nunca creyó en eso; el sudor que parecía mojarlo de pies a cabeza; desacelero el paso, respiro tres veces y se dio ánimos internamente; al entrar al café no vio a nadie que tuviera la descripción en la vestimenta que el tenia que buscar, ella tenía que vestir un vestido blanco y llevaría una cola en el cabello; lo primero que se le vino a la cabeza es que se había ido porque ya era más de una hora tarde, se reprocho muchas veces, se arrepintió de haberse tomado esa pastilla para la gripe que había terminado por dormirlo y que lo hizo despertar después de las tres de la tarde, sintió un apretujón en el pecho de esos que solo se sienten cuando algo se te va y no regresara; esa sensación la conocía de años atrás, la misma chica que hoy él había hecho esperar, le había dicho quince años atrás que no la buscara mas; recién había terminado el colegio y el insistía con buscarla todos los días para conversar, fue la primera vez en su vida que se animo a llamar a una chica, a buscarla hasta el cansancio, a escribirle notas bobas; ese apretujón que sentía era el mismo apretujón que tuvo cuando dijo adiós y la vio por última vez a través de una ventana de un auto quedándole solamente una foto sacada de una red social; la misma historia se repetía, se sentó en una de las mesas libres y pidió un café, no quería regresar a casa aun.
Veía la calle a través de una de la ventanas del café mientras esperaba el café que pidió; seguía arrepintiéndose por haber llegado tarde y trataba de sonreír diciéndose que esto solo tenía un nombre: “destino”. La silla de su lado se movió y alguien tomo asiento, giro el cabeza algo contrariado y se vio de cara con la chica del bus, se sintió algo avergonzado pero después de un rato la curiosidad lo lleno: ¿Cómo sabia donde estaba? ¿Lo siguió hasta el café? ¿Se bajo con el sin que él se diera cuenta?; esta vez el empezó la conversación:
-¿Me has seguido?- En un tono bastante fuerte quiso hacerlo saber que no quería compañía.
-No, también venia de camino a este café- Dijo ella claramente ofendida.
-¿Cómo te llamas?-
-Micaela-
Alejandro se quedo sin palabras; era ella, su cita; quiso saludar, preguntar, abrazar pero la vergüenza le gano, la había tenido todo el rato junto a él y no reconoció su olor, se acordó de la gripe que tenia y así entendió como no pudo reconocerla pero eso no podía explicárselo, la había tratado mal, eso solo confirmaba una cosa, definitivamente seguía siendo un tarado.
Ella en cambio quiso dar una sonrisa pero salió como una carcajada, se dio cuenta de que no la había reconocido y no era que se había enojado porque llego tarde; ella trato de comunicarse con el toda la tarde pero no pudo porque no contestaba el celular; El almuerzo en casa de sus abuelitos se había demorado más de lo esperado y no podría llegar a las tres de la tarde como habían pactado, había salido apurada al igual que él por lo cual no tuvo tiempo de ponerse la ropa acordada y sin querer habia tomado su mismo bus pero cuando lo vio después de haberse sentado a su lado no lo reconoció, poco a poco ella vio rasgos similares pero no se animaba a decir algo, fue solo cuando bajo del bus a dos cuadras de la plaza cielo que se dio cuenta que era él, al inicio pensó que el la estaba ignorando por haber llegado tarde y que se bajo dos cuadras antes porque seguramente se había arrepentido de volver al café porque ya sabía que ella seguía siendo tardona; ella quería tomar el café de todos modos así que siguió su camino pero al entrar lo vio sentado, se animo y se acerco; así era como se había dado la cita, ella también pensó: “es el destino”.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Tú me dices…

De pronto un día todo cambio, de repente todo lo que soñé se esfumo y me quede solo con las pesadillas; así como si nada todo se me fue de las manos porque se fue lo más importante; así sin más ni más, mis días se han vuelto noches porque no encuentro el sol que me guie y las noches se me han vuelto días porque no logro dormir aunque si debo decir que vivo soñándote; ¿luchar? Lo hago y de verdad lucho para no perder lo más valioso en mi vida pero solo consigo hacerme insoportable y no logro que me digas nada que me satisfaga, tu solo me dices…
Ya me olvidaras… Cuando lo único que hago es recordarte porque llenas mi vida, no eres un icono en mi corazón que pueda eliminar y luego vaciar la papelera.
Eres bueno… Pero a pesar de ello no basto para ti, soy bueno pero te informó que por ti puedo ser mejor.
Te quiero… En realidad yo también pero de un modo que tu no a mi; te quiero hacer feliz, te quiero en mi vida, te quiero conmigo.
Sonríe… Es imposible si antes no me haces sonreír tú; podría sonreír de cualquier cosa pero tú me haces despertar el corazón.
Llegara alguien más… Definitivamente pero yo te quiero a ti; si fueras tan fácil de reemplazar entonces no joderia tanto.
No estábamos bien… La verdad es que yo estaba de maravilla, luchaba por mejorar y tenía sueños.
Ahora tal vez me entiendas, no eres reemplazable en mis sueños, definitivamente no eres una cosa que se saca y no sabes cuánto quisiera no ser reemplazado.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

Te soñé

Apago la luz de la habitación, es muy tarde, mis ojos se caen de pesadez y apenas logro distinguir algunas imágenes que están tenuemente alumbradas por la luz que entra por la ventana de mi cuarto; doy unos pasos en dirección a mi cama y distingo una sombra que se mueve por las paredes, me hecho sin prestar atención y me pongo boca arriba para ver el techo; mis ojos no soportan mas, siento que en cualquier momento me quedare dormido… Me sobresalto un poco, la sombra que hace unos momentos estaba en la pared ahora se posa casi al frente mío, es de estatura media y con cabellos que le llegan un poco más arriba de la cintura; parece que bailara pero en realidad está caminando, su cuerpo se balancea y pareciera que es una bailarina de ballet que está a punto de hacer una bella pirueta, se mueve por toda la habitación de una lado para otro y encanta con el aroma a madera que desprende; no puedo ver su rostro pero sus facciones que se dibujan por la luz de calle, dejan entrever que es preciosa; estoy como temblando de emoción; su andar elegante, su figura bella y su presencia me han dejado petrificado; es raro pero no tengo miedo a pesar de que el acontecimiento es fuera de lo normal, mi corazón me lleva a confiar que todo esto está bien, todo tiene un explicación lógica a pesar de no estar a la vista en este momento, me limito a disfrutarla.
Su andar cada vez se hace más lento y pareciera que ahora no dejara de verme; la luz que llega desde afuera no llega a darle por completo, es difícil distinguir quién es pero siento que la conozco, más bien siento que la espero; la curiosidad me mata por saber que tan bella y no aguanto más, me paro de improviso y prendo la luz; ante mí se erguió la figura de una mujer joven, con cara dulce y de rasgos finos, aun no comprendo si es ángel o Dios pero definitivamente no es humana; sus ojos son tiernos y me han cautivado, sigo sin tener miedo pero ahora siento impulsos; mis brazos necesitan abrazarla, mi boca necesitar besarla, mis pies necesitan correr hacia ella y lo hago, no tengo reparos y corro hacia ella para confundirnos en una abrazo que pareciera esperado; ahora no quiero entender, no me importa si hay explicación lógica, solamente me dejo llevar por el momento.
Sigo oliendo su cabello mientras mis brazos no dejan de rodearla, su cabellos tienen el mismo olor a madera que percibí en su cuerpo, no atino a besarla en la boca pero aprovecho la menos oportunidad para que mis labios la toquen, su frente, sus mejillas o su mismo cabello me bastan. Mientras nuestros cuerpos se funden, nuestra alma tiene una conversación; nos decimos cosas sin abrir la boca, pareciera un don raro pero para nosotros es normal, no nos contrariamos y más bien los comprendemos, no tengo muchas cosas que decir pero adoro que ella se dirija a mí; la conversación sin palabras dura un rato mas y luego de eso nos separamos físicamente, toque mi mejilla y ella toco la suya, estábamos llorando.
No entiendo mis lagrimas pero saben a dolor, las pruebo y tienen dolor impresa en ellas; en ese momento lo entiendo todo, estoy enamorado de ella, la amo sin razón pero la amo, es una musa que no sabía que llegaría hoy pero si esperaba hace tiempo; de pronto se apaga la luz y ella se esfuma en medio de las cortinas, me quedo confundido pero ya recuerdo todo, la conozco y sé quién es; cierro los ojos y lloro amargamente para que regrese, me aferro a la almohada y desfogo mi ira… Mis ojos se abren poco a poco, me duele la cabeza y siento mojada mi cara; me repongo y me siento en la cama, al parecer me quede dormido; recuerdo el sueño perfectamente y me parece que fue realidad, siento la humedad de sus lagrimas  que se quedaron en mi pecho y su olor aun posado en el aire de la habitación; me paro, prendo la luz y me veo en el espejo, comprendo que es mi musa que la estoy soñando, la estoy llamando con el pensamiento o estoy enloqueciendo ante su ausencia, me sonrió y vuelvo a la cama para volver a soñar con ella.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Cierra los ojos, respira hondo y sonríe

A lo mejor solo no quiero entender, quizá las cosas son ya bastante obvias pero no quiero verlas, seguro que el mundo ya conspiro para dejar las cosas claras conmigo pero yo no lo escuche; me parece que me estoy quedando en la comodidad de lo que conozco y no me está gustando que las situaciones que vivo me lleven a arriesgar un poco mas; tengo algo de miedo porque mi vista esta nublada y no puedo ver mas allá de lo que está cerca; me parece más aun que estoy ideando cosas que no sucederán o que no volverán a pasar, estoy haciendo algo malo porque me estoy engañando y estoy prefiriendo vivir en la mentira de algo que no soy y alguien que jamás volverá, no tengo derecho a crearme ilusiones tontas, no tengo ganas de seguir ideando historias que siempre llevan como subtitulo la esperanza, no soy alguien que adore escribir y mucho menos narrar; creo que solo quería luchar y en medio de la búsqueda de un arma, encontré letras y palabras que algunas veces sirven pero esta vez no.
La única verdad es que escribo porque tengo miedo; me aterra no saber algunas cosas sobre el futuro; me siento y es cómodo dejarlo salir, el miedo abarca todo el espacio libre que queda en el aire y te presiona las manos sobre la hojas, se escribe casi por inercia, la mente nunca se cansa porque esta inyectada de pánico, no siente, no piensa, no calcula; lo único que hace es dejar escapar le presión que tiene el alma; aturde los oídos para que no escuches más que los susurros del terror que te dicta las frases que debes poner. Ojala fuera cierto que un escrito es capaz de hacer cambiar al mundo, yo hoy no lo siento así, yo soy solo un prisionero de las letras que no expresan lo que soy pero si el miedo que siento, ya no quiero seguir con esto, no más.
Cerrar los ojos, respirar hondo y sonreír, son las tres cosas que durante el día más hago, gracias a esos tres pasos he logrado que la paz llegue a mí, ya no soy tan efusivo ni brusco, maquillo mejor mis actitudes y sobre todo manejo mejor mis sentimientos; gracias a los tres benditos pasos he aprendido a sonreír sin límites, nunca dejarme llevar por el mal momento, aprender a escuchar, no hablar de mas, aprender a controlar lo difícil y a superar lo complicado, pero sobre todo aprendí a no dejarme vencer. Aunque debo ser sincero y decir que jamás use estos tres para decir adiós, alguna vez lo intente pero nunca funciono, decir adiós es algo más complicado que solo sonreír, el corazón siente un apretujón especial que luego llega a la garganta y se desparrama por los ojos, no se puede evitar; decir adiós es el suspenso del aire que se vuelve más denso y complica la respiración; decir adiós es tener la certeza de que te despides tal vez para siempre y eso da miedo.
Esta vez no tengo opción estoy haciendo las dos cosas que más miedo me dan, escribir y decir adiós; quisiera postergarlo un poco pero eso sería mentirme más y eso también causa dolor; en un escrito debo dejar de ser niño y tener miedo a todo para poder pasar a ser hombre y enfrentar las cosas más directamente; espero sinceramente que una vez publicado esto, el cerrar los ojos, respirar y sonreír me ayude porque lo voy a necesitar. Gracias.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Wiwisha

Mi historia con las navidades es bastante parca;  acerca de papa Noel, me dijeron que no existía cuando tenía casi cuatro años así que me ahorre una gran cantidad de galletas y leche para una persona que definitivamente no existía, según me dijeron; una artimaña muy certera por parte de mis padres puesto que si no hay papa Noel, no hay regalos y así se ahorraban la trabajosa labor de buscar regalos imposibles en fechas donde los regalos imposibles escaseaban; siempre me dieron mis regalos al promediar la quincena de enero, según ellos había mucho mas de donde elegir y más tranquilidad para buscar; nunca me queje porque para mí la navidad no eran ni los regalos, ni la comida y mucho menos papa Noel, tampoco quiero decir que era un niño de buen corazón que no esperaba nada en navidad, en realidad lo que me apasionaba era adornar la casa, hasta la fecha es un rito adornarla; sacar las cajas, los adornos, los manteles, las velas, los colgandijos; verdaderamente lo más bonito de la navidad era “disfrazar” la casa por un mes con cualquier cosa que tuviera rojo y blanco o barba y panza. Sin embargo tengo una historia particular de mis navidades, mi historia con un peligroso muñequito que según yo anda por las noches cantando una tenebrosa canción y que uno de estos días me jalara los pies, mi historia con el “wiwisha”:
Recuerdo que era un primero de diciembre del 95, sabía yo que por esas fechas adornábamos la casa así que ese día espiaba a mi madre con más frecuencia de lo normal, mi mama solía entrar al almacén y sacar una fila de cajas que se iban colocando una a una en la sala para luego distribuir su contenido por todo la casa; pero esta vez ya había una caja puesta en la sala de antemano, yo no hice mucho caso puesto que por mi casa circulaban cajas con normalidad, sin embargo esa caja contenía el mayor de los horrores, un muñeco de nieve a pilas; no caí en cuenta de que era eso hasta que lo vi cómodamente instalado en un rincón de la sala, el muñeco este era casi de mi tamaño y tenía una escoba en la mano que me hacia recordar a las brujas de los cuentos; al inicio me dio miedo porque su tamaño, según yo, era descomunal pero el terror comenzó cuando mi mama le toco la mano y se contorsiono como si tuviera gusanos y empezó a chillar una canción que hoy se que dice “we wish you a merry christmas” pero que en ese tiempo, a mis cinco años yo oía como “wiwisha”, se quedo con ese nombre y nunca nadie apretaba su mano cuando yo estaba presente y si lo hacían entonces rompía en llanto. La navidad de ese año paso y lo sobrelleve como pude, tratando de pasar lo menos posible por la sala o cerrando los ojos fuerte cuando pasaba a su lado; jamás había esperado que pasara la navidad con tantas ansias porque yo sabía que el muñeco demoniaco se iría en su caja a algún lugar de el almacén donde era posible que no lo volvieran a encontrar, sin embargo eso no paso, decidieron que se quedaría un tiempo más en la sala porque aun no era la “bajada de reyes”, tuve que soportarlo y lo hice bien hasta que una noche no pude mas y tuve que pararme a tomar agua, tenía que pasar por la sala, me arme de valor y a tropezones en medio de la oscuridad pase a tientas por la sala, era muy chico así que ni pensar en prender la luz, tanteé con mis manos para no carme hasta que me fui de cara contra un bulto en una esquina; el “wiwisha” estaba ahí, encima mío y con su palo de escoba amenazándome; grite, patee, chille hasta que todos vinieron a ver lo que pasaba; prendieron la luz y el muñeco de la nada empezó a cantar como si de verdad estuviera poseído; me quede helado y luego de un rato tratando de explicar la difícil situación con el muñeco de nieve me fui a dormir; después de esa noche yo siempre jure que lo oía caminar y cantar por las noches, con esa bendita canción que no sabía lo que significaba y que para mí era igual a una canción de terror; los días pasaron, guardaron al abominable hombre de nieve y yo crecí, al siguiente año ya era un poquito más alto que él y me atrevía a meterle una patada cada vez que pasaba por su lado pero por las noches estoy seguro que andaba por la casa arrastrando su escoba y cantando esa bendita canción.
En realidad no es muy aterradora la historia pero juro que por casi cuatro años tuve terror del bendito muñeco por las noches; ahora la casa ya está plagada de esos adornos que se mueven, cantan, bailan y hasta caminan; digamos que ya estoy acostumbrado y ahora recuerdo con gracia ese pasaje de mi vida; hoy en día cada vez que se adorna la casa para navidad todos recuerdan al “wiwisha” y arrancha una sonrisa a como dé lugar.
P.D. Gracias a José Alonso Fernández Cano y a Álvaro André Fernández Cano; esta historia es suya y son ustedes los que en muchas ocasiones me llenan de ideas para escribir; vaya aventura que resulta ser niño, disfrútenlo.

martes, 29 de noviembre de 2011

Yo podría, yo quisiera, yo seria

Yo podría…
Si hiciera frio y tiritaras, yo podría abrigarte;
Si las cosas no están bien y  flaquearas, yo podría apoyarte;
Si  la oscuridad avanzase y  tuvieras miedo, yo podría iluminarte;
Si tus manos no encontrasen las mías, yo podría guiarte;
Si hubieses caminado mucho y tus piernas se cansaran, yo podría cargarte;
Si tus pasos se hicieran lentos, yo podría empujarte;
Si el dolor no se fuera y tus ojos lagrimasen, yo podría consolarte;
Si tu corazón empieza a enfriarse, yo podría volver a enamorarte.

Yo quisiera…
Yo quisiera que en las noches tu rostro se refleje en la luna;
Yo quisiera cuidarte para que nada malo te pase;
Yo quisiera cerrar los ojos y encontrarte en mi imaginación;
Yo quisiera que los días pasaran rápido para verte;
Yo quisiera que me des una oportunidad para quererte;
Yo quisiera que tú sueñes conmigo;
Yo quisiera ser el único dueño de tus suspiros;
Yo quisiera que tus caricias viniesen con la brisa.

Yo sería…
Yo sería voz si tú me escucharas;
Yo sería oídos si tú me hablases;
Yo sería fuego si tú me encenderás;
Yo sería aire si tú me respirases
Yo sería guapo si tú me vieras,
Yo sería perfecto si tú me creyeses
Yo sería luz si tú no me apagaras
Yo sería vida si tú me la devolvieses.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Un ratito para que se exprese...

Día domingo 27 de noviembre del 2011, 20:54 hrs.
Tu sonrisa, es el inicio y el final; con tus sonrisas solía empezar y terminar el día y aun no me acostumbro a no verlas; tu sonrisa no es solo la expresión de tus labios sino todo aquello que llevas dentro, tu sonrisa es la razón de mi sonrisa, con tus sonrisas me abres el mundo y me llenas de alegría.
Tu mirada, es un vicio; jamás se puede dejar de verte, tienes algo que cautiva y una ternura que no se iguala, con una mirada tuya se puede entender la razón del mundo, con una mirada tuya yo podría quedar ciego por la luz que emites, eres un ente que emite mil rayos de belleza  a través de las ventanitas de tus ojos.
Tus abrazos, son reconfortantes; uno podría quedarse horas entre tus brazos, sabes el modo perfecto de rodearme y la presión justa que debes poner, un abrazo tuyo es un premio muy cálido y uno que hace que pueda volar con los pies pegados al piso.
Tu olor, no hay dos iguales; tu olor natural es a una canela muy suave, es un olor que entra y te hace embriagarte, tengo un poco de el guardado en el corazón y a veces lo uso para recordarte; el olor de tu perfume es un olor a madera seca que lo llevo grabado en la ropa y en la mente, donde sea que lo olfateo giro la cabeza buscándote y de paso desesperándome. La mezcla de esos dos olores los tengo en “la punta de la nariz”, podría reconocerte sin verte.
Tu rostro, la armonía perfecta; no importa a cuanto lados gire mi cabeza, nadie tiene tu simetría, nadie tiene el rostro tan bien armonizado como tú; nunca he visto un ángel pero si existen tienen que haberte copiado la cara.
Tus mejillas, una tentación; nadie podría estar cerca a ti y no tener la tentación de besar tu mejilla, son perfectas, delicadas, ideales para entrar en un sueño; no existen mejillas iguales, son únicas porque son tuyas.
Tu piel, suave; no he tocado muchas pieles pero la tuya es muy suave, cuando se acaricia tu piel uno puede pensar que toca seda o alguna tela fina; es ideal aun para unas manos tan ásperas como las mías.
Por último y lo más importante, toda tu; perfección, la perfección que llevas en el alma y te brotado hacia el exterior, eres tan perfecta por dentro que ya no pudiendo ser mejor se te ha salido hacia afuera, te ha brotado por los poros y te ha hecho bellísima, más bella imposible.
Uno nunca sabe cuando decir las cosas, nunca sé cuándo es oportuno que escriba algo pero creo que hoy y ahora tenía ganas de que mi corazón dijera algo; en la mayoría de mis actos predomino el cerebro al corazón y tal vez por eso aun no soy adecuado, esta vez quería que mi corazón dijera algo ya que hasta hoy no le había dado oportunidad de expresarse como quería y al menos quiero darle la oportunidad de decir lo que siente.
Día domingo 27 de noviembre del 2011, 21:24 hrs.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Por las noches veo fantasmas

Una cortina que se mueve sola, un escalofrió a mis espaldas, voces que oigo cuando estoy a solas; todo eso es relativamente normal para mí, no me dan miedo ese tipo de cosas, he aprendido a convivir con ellos; desde que era muy chico estuve familiarizado con estas cosas, ¿si algo aparece frente a ti? No hay problema, debe ser alguien que vaga en un mundo paralelo, ¿si siento un escalofrió? No te preocupes, seguro paso muy cerca de ti, ¿Si alguien me jala la frazada de noche? Pues la jalas y te vuelves a dormir; en realidad es mucho más simple de lo que parece, solo es cuestión de tiempo y sobre todo costumbre.
Cuando empecé a ver fantasmas todo era muy confuso, mi mamá trato de explicarme que no hacían daño y poco a poco supere el pánico que les tenía hasta el punto que hoy ya no son un problema sino más bien una compañía; cuando fui creciendo, la familiaridad con ellos también creció, ya no existía temor sino mas bien respeto porque entendí que no son malos; en cambio también entendí que los fantasmas que si hacen daño son los fantasmas internos, aquellos con los que se carga a cuestas por decisión propia, son esos fantasmas los que hoy veo más seguido y los que me quitan el sueño sin necesidad de jalarme la frazada, en mi cama echado de noche son ellos los que vienen a perturbarme y son ellos los que logran arrancarme lagrimas de temor; mis errores se han convertido en fantasmas que hasta hoy me siguen, fantasmas que no me dejan ni un solo momentos, fantasmas que me quitan la fuerza; todas las noches al apagar la luz vienen a mi cabeza todas las cosas que hice mal o las cosas que pude hacer y no hice, se aprovechan de mi soledad y acaban conmigo, tienen una sonrisa burlona y una expresión de cólera; ellos son yo, me acompañan donde voy porque deben recordarme lo mal que hice; ¿miedo? Sí, porque no dejan de recordarme lo que perdí, ¿cólera? También pero hacia mí por haberlos hecho existir, ¿elección? No lo creo, ya es tarde para mis arrepentimientos.
Tengo sentimientos encontrados porque quisiera disipar a los fantasmas y salir corriendo al encuentro  de mis aciertos, mejor dicho de mi único acierto, aquel acierto que hoy ya no está conmigo por mis errores; quisiera tener una razón, un motivo, un empuje para poder salir corriendo y lograrlo todo como solía hacerlo antes, reconquistarte aunque no me veas y abrazarte aunque no me sientas. Hace dos noches decidí conversar con mis fantasmas interiores, todos y cada uno de ellos solo me decía “¿volverás?” y yo sé porque lo hacían, me dejan la pregunta en el aire para que sea mi imaginación la encargada de completar la idea, de ese modo se aseguran que sea yo quien me atormente… ¿Volverás a ser feliz? ¿Volverás a verla reír? ¿Volverás a ilusionarte cuando falte poco para abrazarla? ¿Volverás a ser valiente? ¿Volverás a ser uno?; y yo solo les digo “no lo sé” porque es la verdad, nada importa, nada sirve, nada vale y es más, nada queda porque los fantasmas no me estorban, el que me estorba soy yo.

sábado, 19 de noviembre de 2011


Y nos volvimos a quedar sin palabras…
¿Es posible que no tenga nada que decirte? Tanto tiempo y no tengo nada que contarte, mi corazón está lleno de ideas pero mi alma está cansada, no puedo exigirle más; ¿Por qué no puedo decirte algo sincero? ¿Todo lo vivido fue mentira? ¿Qué nos está pasando?... David! Reacciona! Las palabras no fluyen y el ambiente se hace tenso;  ¿Hacerla reír? No es un buen momento, todo se arruinaría; ¿Besarla? Seguramente pensaría que todo es físico y el tema se complicaría mas; ¿Hablar? Es una buena idea pero ¿de qué?... Vamos David, Piensa! Piensa! Las sonrisas fingidas no duraran mucho mas, la presión es algo que cae por inercia; la situación se complica mas y mas, con cada segundo que pasa debo tener más cuidado de no dinamitar el momento siguiente, ¿debo irme? ¿Por qué no? Tal vez mañana tenga más ideas, podría arreglarlo pensándolo toda la noche y mañana llegaría con un plan preestablecido, no sería huir solo postergar las cosas… David! Di algo! No te vas pero tampoco dices algo ingenioso, empiezo a necesitar ayuda divina urgente para no caer más y más ¿Dios? ¿Tú puedes ayudarme? Dame una idea chiquita, nada te cuesta; ¿podría hablar del clima? O ¿política? No no, eso la aburriría, son temas que no nos unes sino que nos distancian, ¿ir a comer algo? Podría funcionar pero por un rato, necesito algo más duradero, que no me devuelva a esta situación de inmediato… David! Ya no te ve! Problemas serios, está a punto de quebrarse algo, lo siento, algo está a punto de caer encima de nosotros y no podremos soportarlo…
“ya no tenemos nada en común”… ¿Qué? Estoy imaginando cosas, escuche una voz y yo no he dicho nada, ¿lo habrá dicho ella?... “creo que lo mejor es terminar”… Si, si es ella pero ¿de que habla? ¿Entendí mal?, tal vez solo quiero creer eso; no comprendo, si íbamos tan bien, debo reclamar, decir algo, pedir explicaciones!... David! Se está yendo! No la veras mas, se ira de ti y no podrás hacer nada para cambiar eso ¿Qué estás haciendo? Ve por ella! Corre!... Ya no, ya es tarde, no volverá mas.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Adios

Sentado viendo la gente pasar tomo un sorbo de café y me digo a mi mismo: “No quiero sentirme preso en mis propios pensamientos, no deseo ser el candado que ponga fin a la libertad de mis versos, no pienso  volar con alguna condicionante, quiero ser libre en mi ser porque me llena de paz y me ayuda a soñar”. Cada noche recostado sobre mi cama me elevo  con mi imaginación y tengo que recordarte como el amor que fuiste y que no eres más, te llevo en el pecho tan ceñida que no pareces haber sido tan solo una ráfaga en mi vida, tu aroma lo tengo guardado en un frasco al fondo de mi corazón para embriagarme de ti cada vez que me haga falta, eres mi vicio y a la vez mi cura, no tienes fin y nunca te encontré un inicio, simplemente sigues siendo única. Hoy por la tarde fui  isla negra a recordar el lugar aquel donde nos conocimos, el lugar sigue tan bien cuidado como siempre y al parecer algunos aspirantes a nuevos poetas van a recorrerlo con la esperanza de que Neruda les sople una par de versos; en cambio para nosotros este lugar es distinto, sentado aquí junto a ti conocí el amor puro, entendí que el amor a primera vista existe en los corazones nobles y llenos de ideales, esos corazones que como el tuyo y el mío se regían y espero que aun se rijan por ideas radicales y poco entendidas porque no somos normales, no podemos ser normales y nos negamos a serlo porque nacimos y vivimos libres sin alguna etiqueta o alguna estampa; tú y yo simplemente soñamos a ser grandes mientras nuestros diecisiete años no bastaban como garantía para tan grande ideal, no nos basto luchar porque el umbral de la muerte al final nos logro separar.
Ahora Camino por las bellas calles de Santiago como solíamos hacerlo en nuestra juventud, he llegado  a la esquina donde te vi por última vez en tu ciudad natal y no logre soportarlo más, lloro de rabia, de cólera, me suelto en un llanto insostenible que nada puede calmar, estoy desecho por dentro, inundado de recuerdos y a la deriva por los senderos de mi soledad, aquel autoexilio en el que he decidido vivir para llevar mi mente a entender las cosas que “el ruido no deja ver”; tenias razón, el silencio es el mejor amigo en épocas de dolor; sin embargo mi llanto continua ¿Por qué? Tantos planes y sueños incumplidos que ha quedado en la cuenta de “deudas pendientes” en mi desolado corazón; ¿esto es el amor? El amor que encuentras y luego te abandona para no volver más y así tener una cicatriz en el alma a la cual en el futuro deberé llamar orgullosamente “experiencia”. Quizá este sea el verdadero amor, aquel del que habla Isabel Allende, el amor que viene y se va para no quedarse jamás y nunca quitar su magia, tal vez sea así como tuvo que ser y por eso he venido aquí a Santiago a despedirme de ti, a decirte adiós por última vez y dejar que tu alma descanse en mi corazón; mis noches deberán volver a ser las mismas sin nadie a quien esperar o alguien a quien cuidar, mi corazón te deja ir porque en la belleza de la eterno nos volveremos a encontrar y los juegos de nuestra juventud nos volverán a hacer delirar.
Llevo un ramo de rosas en una mano y nuestros sueños y anhelos escritos en una hoja en la otra, llegue a la casa de la moneda y di vuelta a la esquina para empezar la empinada subida de cuatro cuadras, aunque ya llevo un largo rato caminando pero mi mente va perdida en otra cosa, camino un poco mas y me doy de cara con el mirador San Cristóbal, lo subo sin darme cuenta de los pasos que voy dando y dejo que tu espíritu me sople el camino porque yo ya estoy demasiado perdido, llego a la cima y grito adiós, dejo las rosas y la hoja en una banca y me siento a terminar del tomar el café que a estas alturas ya esta frio; en la soledad de este lugar quiero velar tu alma porque con tu cuerpo ya lo hicimos hace mucho, aquí te digo adiós querida amiga porque nuestros caminos se han separado, Dios ha querido que te vayas antes y solo él sabe porque quiso eso, algún día juntos le reclamaremos tamaña decisión aunque conociéndote tu ya te encargaste de hacerle saber tu descontento, sigue teniendo esa alma libre que te hará llegar aun mas lejos de donde ya estas, estoy seguro que el Cielo no es tu techo.
FINAL
De las cosas Gratas que me regalo la vida, el amor de una bella y pura amistad es que la mas agradezco, Chile siempre fue un lugar tenue y nublado para mi mente, lo recuerdo con una especie de dolor pero debo admitir que en sus calles conocí el regalo de la amistad y fue una amistad tan grande que me llena de alegría pero tan corta que me llena de tristeza; hoy sentado en mi lugar de nacimiento, el lugar que más amo y que se llama Moquegua sé que no importa si estoy aquí o allá o más allá, el alma de esta persona que se fue no me dejara jamás.



viernes, 21 de octubre de 2011

Diez minutos antes de morir…


Si por algún motivo tuviera que morir hoy, mi más grande anhelo seria estar contigo y disfrutarte hasta que mis ojos se cierren y mi corazón no pueda latir mas;  si por algún motivo tuviera que morir ahora, no renegaría por tener que dejar este mundo,  solo pediría diez  minutos, diez minutos para estar junto a ti, diez minutos para llevarme algo de ti y dejarte lo mejor de mi…
Minuto 1… En el primer minuto disfrutaría de la energía que emites, de tu esencia y de tu fragancia, en ese primer minuto sin necesidad de contacto alguno me enamoraría mil veces más de lo que ya lo estoy.
Minuto 2… Después de disfrutarte de lejos se que buscaría el primer contacto, buscaría tus ojos y me conectaría con ellos, entraría en ti por medio de ellos y te conocería más aun de lo que ya te conozco.
Minuto 3… Lentamente y conectado a tus ojos, me acercaría, poco a poco buscaría llegar a tus labios dulces y perderme en la inmensidad de un bezo tierno, un beso que sabría a azúcar, un azúcar que no empalaga porque es de amor.
Minuto 4… Si moriré sé que querré llevarme conmigo la experiencia del amor sin límites, sin prohibiciones, sin PEROS; en medio del beso tierno cambiaria repentinamente por un beso frenético, un beso que nos lleve a despertar en nosotros las ganas de algo más.
Minuto 5… En pleno beso frenético me daría la libertad de tocarte, de sentirte, de saberte mía; dejaría que mis manos paseen las partes de tu cuerpo mientras despierto más el deseo en nosotros hasta llegar al punto de la locura excitante.
Minuto 6… Con la excitación sobre nosotros lo lógico es que yo pase a estar sobre ti y luego tu sobre mí como jugando a tener el control de una situación que no esperábamos, con la excitación a cuestas no haríamos más que actuar, tocar, rozar, lamer, SENTIR.
Minuto 7… En medio del juego a veces brusco y a veces tierno sentiríamos como el amor nos aprisiona por el hecho de  vernos movernos el uno sobre el otro haciendo una cadena fuerte, un lazo ficticio que me obliga a sacudirme pero no para salir sino para entrar, entrar más.
Minuto 8… Al llegar al  clímax de nuestra pasión, faltando tan poco para terminar pondría mi mayor empeño, mi máxima fuerza, mi locura seria el trampolín para hacer del momento algo inolvidable, ese instante que podría ser el final yo lo haría un inicio.
Minuto 9… Sentiría como mi cuerpo cansado por tremendo derroche de energía se desploma al lado del tuyo, con el corazón de ambos latiendo apresuradamente al mismo paso, sería ese el momento de nuestros corazones, ahora ellos se hacen el amor.
Minuto 10… Sería el último minuto, se habría agotado mí tiempo y con una sonrisa burlona por lo que acaba de pasar te diría adiós, solo pediría que no me olvides jamás porque en diez minutos habrás logrado que toda una vida valga la pena.

"Deja de pensar en la vida y resuélvete a vivirla."

Carta de amor, para despedirse de una amiga:

Hola querida amiga, no tienes idea de todo lo que te extraño, hace mucho tiempo que no sé nada de ti, ya casi no vienes a visitarme por las noches y no me despiertas sentándote sobre mi; aquí está haciendo mucho frio y sigo teniendo esa pésima costumbre de destaparme, hace falta que estés aquí para que me digas que debo dormir abrigado, donde sea que estés ¿sigues haciendo tonterías?  ¡Qué sería de ti si yo no te cuidara! Ya no te estés peleando con la gente por cosas sin sentido, por favor no estés haciendo tonterías porque no quiero que te metas en problemas y comunícate conmigo de vez en cuando para saber si estas comiendo… Ya es mas de un mes sin verte y empiezo a verte en cualquier lugar donde camino, el jueves pasado me pareció verte en el supermercado y el sábado anterior creí verte tomar un taxi cerca a mi casa, ¿estás viniendo a caso a verme sin que lo sepa? ¡No hagas eso¡ cuando vengas tienes que avisarme para que puedo prepararte algo y dejártelo en la cocina, ¿Qué te gustaría? Acaso donde estas ahora ¿alguien cocina como yo? No lo creo en realidad, podría hacerte algo de vegetales cocidos y carne de soja, apuesto que te gustaría comer eso… Los días siguen corriendo y aunque ya no estás físicamente, se que tu alma va conmigo; a veces me hecho con la luz apagada en mi cama y me pongo a conversar contigo pero no es igual, tu solías meterme golpes de rato en rato porque yo decía tonterías y te enojabas de la nada haciéndome parecer tu saco de box, extraño pedirte disculpas por nada y que te rías de mi por pedir disculpas sin razón; extraño también cuando jugabas conmigo a preguntarme cosas sin sentido de lo cual yo salía furioso porque no sabía que responder, sabes perfectamente que detesto quedarme sin respuestas, me conoces muy bien. ¿Sabes? Ahora que estoy a media carta recuerdo que al inicio la gente me llamaba para preguntar si estaba bien, cuando te fuiste de mi lado todos parecían pensar que no soportaría vivir sin ti y tenían y tienen razón pero tú me enseñaste a jamás flaquear ni dejar ver mis debilidades, también me enseñaste a sonreír siempre para que no llegue a mí la tristeza, ¡DIOS MIO! Cuanto me has enseñado en todo el tiempo que nos conocimos ¿no? Recuerdo que al inicio yo era una persona blanda que se reía de todo y jamás me hacia respetar, cuando extraño tus llamadas de atención, recuerdo que decías “ya no te dejes manejar o nadie te respetara” eres una persona sabia por donde se te ve porque sabes el modo correcto de tratar a las personas, sabes el modo adecuado de decir lo sientes y has aprendido a decirlo sin herir a los demás, de verdad necesito verte, al inicio te sentía a diario caminando conmigo y ahora ya casi no apareces, ¡te pasas ah¡ te sigo dejando comida que al día siguiente encuentro intacta sobre la mesa, ¡come¡ nada te cuesta. Bueno debo ir a dormir porque estoy en exámenes y tengo que estudiar, cuídate mucho amiga querida porque donde sea que estés tienes que comer y abrigarte, regresa pronto para que podamos vernos y confundirnos en un abrazo o en todo caso espérame ahí donde estas para que yo llegue pronto a dar contigo, te mando un beso donde sea que estés y por favor no te pelees con las personas, ya sé que te gusta andar sola pero has amigos para que te cuiden como lo hacía yo, tienes una capacidad tremenda para meterte en problemas.
P.D. Desde que te moriste las cosas han cambiado mucho, cuento los días para volver a vernos aunque yo no sé cuando moriré, sé que me dejaste en este mundo para cumplir una misión, nuestra misión y te prometo que lo hare, no me iré de aquí sin acabar y ayudare a cada persona que encuentre en el camino, apuesto que estas en el cielo y allá también sigues enseñando a las personas aunque no quieran escucharte, tu jamás te creíste perfecta, solo querías que la gente mejore, por esto te admiro y te quiero tanto; prometo que cuando cocine seguiré dejándote comida para que jamás vengas y no encuentres nada; desde tu muerte me hice una persona más madura, he entendido que tú querías que yo cambie para bien, ahora entiendo que solo querías hacerme feliz aun con tus regaños; no sabes cuánto lamento haberte dicho tantas veces “déjame, es mi vida” y no sabes cuánto más te agradezco que tu jamás me hayas dejado a pesar de ser tan terco y testarudo, me enseñarte bien, ahora yo hare lo mismo que tu por mí con otras personas; te extraño pero sé que donde estas, hasta Dios se quedara perplejo por ti.

jueves, 6 de octubre de 2011

¿Celos?

Hace un tiempo que llevo escribiendo un libro, pero esta noche tuve un sueño y justamente se trataba sobre algo que me paso en la historia libro, me puso algo triste asi que quiero comprtir el fragmento, espero que guste:
Camino lento, escucho música con los audífonos puestos, el pasaje donde hemos pactado encontramos está muy oscuro; son las siete y diez de la noche, ella se está demorando un poco más de lo usual y eso no es normal, me preocupa un poco pero al instante desvanezco la duda, “ella vendrá” me digo para mis adentros, más bien mi subconsciente aprovecha para dar un vistazo al lugar, aunque nos hemos citado infinidad de veces en este pasaje, jamás me había puesto a observarlo, nunca me detuve a mirarlo o saber cómo era, lo más impactante de ese pasaje no es su belleza precisamente, más bien es horrible, me he dado cuenta de que este lugar sin ella no es el mismo, ha perdido brillo, sin ella es solo una calle mal oliente y sin gracias, en cambio con ella todo cambia, un lugar a media calle que se vuelve un nido de amor, imposible de creer pero cierto, es aquí donde dos personas se dejan llevar por sus sentimientos y su pasión, me estoy dando cuenta que me estoy volviendo loco. El frio me hace volver en mi y hace que deje de pensar, me centro en mis manos tratando de calentarlas mientras que ya casi son las siete con veinte, ella sigue sin llegar ¿le habrá pasado algo? ¿Por qué no llegara? Me quedo haciéndome interrogantes que obviamente no se responderán solas hasta que de entre la oscuridad surge su figura, cada paso que da hacia mi hace que logre distinguir mas su rostro, sigue tan bella como la última vez que la vi, incluso más hermosa. Cada vez que la veo entrar  por el pasaje ella está más bella y siempre me pregunto lo mismo ¿Cómo hago para vivir sin verla tanto tiempo?, la última vez que la vi ella estaba algo callada, espero sinceramente que esta vez las cosas cambien, tengo mucho que contarle, quiero que sepas de mí y yo de ella para al final terminar la noche abrazados y locos de amor; ella no se mueve mucho, esta algo tensa, lo noto al instante porque la conozco bien, hemos sido pareja muy corto tiempo y como amantes tampoco vamos mucho tiempo pero mi corazón la conoce, conoce de ella perfectamente, mi alma me lleva a la suya siempre sin querer, ella es mi vida, mi día, mi noche, mi comida, mi cena, mis sueños, mi tentación, mi deseo, mis fuerzas; ella lo es todo en mi vida aunque ella no lo sepa, hago viajes largos cada vez que puedo solo para verla, para sentir su piel, para ser uno al menos una vez más, aunque nunca se cuándo será la última, se que acerca el día pero no lo acepto, mi deseo puede más que yo y siempre hay una vez más, un encuentro más.
Ya han pasado cinco minutos y nadie dice nada, algo va mal, se deja percibir en el ambiente, atrás quedaron los besos desenfrenados y las caricias locas, esta vez estamos fríos, tenemos un congelador en el alma y nadie piensa apagarlo para dar lugar a los sentimientos, alguien debe hacer algo y creo que debo ser yo, respiro hondo, tomo valor y me lanzo:
-¿pasa algo? Estas un poco rara y la verdad no entiendo, ¿tienes problemas? Sabes que puedo ayudarte, no solo sirvo para acariciarte, vamos! Dime lo que te pasa.
-No pasa nada, es solo que esta es la última vez que nos veremos.
-¿Por qué? ¿Hice algo mal?
-No es eso,  es solo que no me siento bien haciendo esto, no sé qué pensaras de mi pero yo no soy esto.
-¿pensar? Pero te amo, estoy loco por ti y lo sabes, puedes sentirlo cada vez que estamos juntos, no creo que sea eso, dime ¿Qué pasa?
-Seré sincera, lo que pasa es que hay alguien más.
-¿alguien más? No entiendo.
-Conocí un chico, es lindo y me hace sentir bien, desde hace un par de semanas siento cosas raras por él y no para de escribir su nombre en cuanto lugar puedo.
Estoy helado, petrificado, el amor de mi vida me acaba de confesar que se esta enamorando de otro, sinceramente pienso en enloqueceré pero definitivamente es mejor guardar la calma, no me conviene perder los papeles, ella está muy decidida, lo siento, a la menos oportunidad saldrá corriendo de aquí y no la veré mas, debo manejarme con cuidado si quiere tener alguna esperanza.
-¿y nosotros?
-Nunca hubo un nosotros, lo sabes bien, llevamos 6 meses haciendo el amor a escondidas en una calle mal oliente, ¿de que “nosotros” hablas?
-tú, yo, nuestros sueños… teníamos sueños ¿lo recuerdas? Aun sin formalidades teníamos sueños en común, siempre estuvimos de acuerdo en que la relación era un cárcel y nosotros tenemos un amor, una amor libre, además sabes perfectamente que jamás te he sido infiel.
-sí, lo sé, pero no basta, me estoy enamorando y la verdad quiero que pase.
Esta vez el corazón se me ha desgarrado, acabo de perderla, lo se, pero hay un sentimiento mas, algo más profundo; empiezo a sentir miedo de verla con otro, miedo a que otro la haga feliz en vez de que sea yo, tengo pánico a que su recuerdo vaya con otro, siento pavor de solo pensar que en este mismo momento piensa en el o peor aun que viene de verlo a él y es esa la razón de su demora… Empiezo a darme cuenta, tengo celos, son celos, no los conozco pero han venido justamente para hacerme ver la realidad, estoy enamorado, enamorado como un idiota y ahora parado frente a la mujer de mi vida que ama a otro, romo en llanto y no de dolor sino de celos, celos que me matan por dentro, estoy perdido, he sucumbido antes ellos…
Continúa…

lunes, 26 de septiembre de 2011

Un poco de “limón” para curtir

Infinidad de veces leí que el limón tenía poderes curativos, en una ocasión leí que curaba más de doscientas enfermedades de toda índole, desde estomacales, gástricos y hasta de obesidad; el limón en mi caso jamás ha servido para curar, en ocasiones si para dejar cicatrices, pero por lo general el limón a lo largo de mi vida ha sido el empuje a ser un poco más valiente aunque en realidad creo yo que el limón solo me motivo a ser masoquista, una historia que llevo desde niño y que con el paso de los años se hizo cada vez mas acida, mi historia con el limón:
Tenía 7 años cuando tuve mi primera experiencia memorable con este dichoso cítrico, yo jugaba futbol en las calles de Lima y como es de esperar las calle no eran nada lizas sino todo lo contrario, las calles eran tremendamente empedradas, una caída ahí significaba por lo menos una buena raspada y precisamente eso me paso, yo jugaba de lo más normal cuando de pronto un tropezón con mi torpe(izquierdo) hizo que cayera de rodillas, mi rodilla derecha se lleno de sangre, me asuste pero no dije nada, no quería un castigo o algo que me impidiera salir a jugar al día siguiente, en la noche mientras analizaba mi herida con el dolor insoportable se me ocurrió exprimirle unas gotas de limón encima porque recordaba que así me había cicatrizado una herida bastante más pequeña que tuve en la cara; me anime a echarme el limón, camine despacio a la cocina para que nadie me escuchara y partí el limón más grande y maduro, sentir las gotas correr por mi rodilla mientras lo exprimía era un dolor tremendo, un ardor que me hacia desear no tener pierna, la quería sacar, llorar o como mínimo gritar, nada de eso pude hacer porque si pasaba eso descubrirían mi herida y entonces no habría partido al día siguiente, aquella noche me eche limón en cada momento que pude, termine gastando el kilo de limón del refrigerador; el dolor y el ardor fueron dejados de lado para dar paso al placer y al gusto, esa noche fue mi primera vez.
Mi segunda experiencia fue pasados bastantes años, ya tenía yo 14 años, aunque nunca deje de “jugar” con el limón y mis heridas, esta vez el problema se presentaba algo mucho más serio, necesitaba un diurético urgente, uno barato e imperceptible a la vista del resto, entonces nació la idea de usar al viejo amigo cítrico, exprimí dos kilos en un vaso por las siguientes 5 semanas, al pasar estas era tremendamente delgado y por supuesto al borde de una anemia (casi leucemia), el cítrico había acabado con mis glóbulos blancos casi por completo, mi diagnostico era crítico y no por los males de mi cuerpo sino de mi mente, estaba turbado, estaba enfermo y sobre todo empezaba a volverme loco y como no podía faltar, el limón estuvo ahí para acompañarme fielmente, era un tormento vivir sin tomar un día el zumo de limón, mis manos sudaban, mi pecho se agitaba, mi ser se sentía falto de algo, sin querer me había vuelto adicto al limón aunque más bien diría yo adicto a sus poderes diuréticos; ya pasado un año logre salir adelante, era una persona feliz y sin complejos, con una nueva vida y para festejarlo salí a comer con mi familia, entre al restaurante, no sabía cuál era porque no había prestado atención, abrí la carta y “oh maravilla” era una cevicheria, sonreí a la carta puesto que solo había ceviches (platos llenos de limón), medite un momento y comprendí que seguiría mi amistad con el “viejo amigo”.
Mi tercera experiencia con el limón se dio a los 18 años, ya era yo bastante más maduro y esta vez no buscaba ni un cicatrizante ni un diurético, esta vez el limón jugó un papel que ni yo esperaba; ya habían pasado años desde mis problemas con el limón así que estaban casi olvidados, un día mi madre me dijo que la ayudara a cortar un árbol que molestaba en el jardín, coja un hacha y me dispuse a cortar el dichoso árbol sin percibir que estaba cortando el limonero, como era obvio yo no entendí que era un limonero hasta que me callo en las piernas y me dejo las pantorrillas llenas de agujeros, nunca olvidare mi cara de susto cuando caía todo el árbol sobre mis delgadas extremidades inferiores, ese día me dolió muchísimo las piernas por casi dos horas mientras me sacaba todas las espinitas que me dejo el limonero de recuerdo; para algunos puede ser algo casual, para mí era el recordatorio de mi “amigo” para que no olvidara nuestro viejo pacto de seguir juntos por toda la vida.
Ya con 19 años había aprendió casi todo del masoquismo físico, no había dolor corporal que no soportara con placer, era un completo maniático al dolor, el limón ya no me causaba miedo de ninguna forma y como era de esperarse el hábil limón decidió tomar una nueva forma para darme nuevos dolores que no pudiera soportar; esta vez el limón ya no funcionaba como cítrico sino que se empezaría a exprimir en mi alma para darme nuevas sensaciones, estoy seguro que fue el limón el que hizo que conociera “el amor”, un amor que a cuentagotas me vaciaba litros de limón por día, tras las peleas y disculpas ese “nuevo limón” me hizo derramar mas lagrimas que ningún otro dolor conocido, lo raro es que ya han pasado casi dos años desde que ese limón de metió en mi vida y esta vez parece que me ha ganado, he decaído frente a sus poderes, no puedo más; debo reconocer que soy un maestro con el dolor del cuerpo pero el limón más inteligente acabo con mi alma, con mi autoestima, con mis ganas; se ha divertido restregándome sus gotas en todo mi ser y viéndome palpitar de dolor mientras mis heridas abiertas piden socorro, debo reconocer que este nuevo limón me ha despellejado de a poquitos para llevarme a dolor nunca antes conocidos, a humillaciones nunca antes entendidas, este dolor definitivamente me ha vencido… por ahora.