martes, 24 de enero de 2012

¿Ahora a donde llegare?

Alejandro vio el cielo que se extendía sobre el y sonrió; desde que dejo la ciudad no había hecho otra cosa que avanzar por la carretera sin ver atrás, solo concebía en su cabeza  la idea de buscar tranquilidad para si mismo; por las noches lo acompañaban sus recuerdos y de día  se dejaba llevar por sus sueños, dejando que sea su corazón y no su cabeza el que decida el camino a seguir, cada cruce era una corazonada y cada curva un reto; era una etapa de su vida en la que debía madurar y dejo de lado el pensar, por muchos días solo hizo una cosa, avanzo.
Mas de dos semanas sin dirección llevaba Alejandro, tomando caminos polvorientos y atajos desconocidos; la moto que tomo prestada de un vecino y que no pensaba devolver empezaba sufrir los estragos de el barro que se introducía en su interior; Alejandro de pronto y sin razón alguna paro en seco, se puso a lado de la moto y quiso encontrar su destino, un destino aunque sea prestado pero no lo había ya que su camino aun era confuso, el fin del largo viaje parecía lejano pero de todos modos necesitaba encontrar un fin, una meta, algún lugar donde pudiera decir que había terminado la travesía, lugar que el no tenia. Alejandro quiso ver hacia el futuro pero tampoco lo había, estaba parado al lado de una moto que no era suya, en medio de una desierto que no era de nadie y de unos sueños que el pensaba eran suyos pero que en realidad tampoco eran de nadie, había dejado de soñar; durante las pocas semanas que estuvo solo aprendió un par de cosas, entre ellas como engañar, tenia que engañar al sol para que no lo abandonara y lo dejara sin luz, debía engañar a la luna para que no le haga recordarla, debía engañar a su corazón para no extrañarla tan a diario, debía engañarse a si mismo para no desistir de seguir avanzando.
Alejandro después de esa parada súbita se quedo con muchas dudas, empezó a tener miedo, empezó a tener ganas de volver pero el sabia que esta vez no podía, no debía; su corazón lo apretujaba mas por las noches y por las mañanas la veía mas seguido por los pueblos donde pasaba, al parecer el amor se había puesto motor y empezaba a alcanzarlo, esa misma noche decidió conversar con su corazón:
¿Por qué me fui?
Porque necesitaba escapar, dejar de sentirme supeditado e intentar ser feliz de algún modo.
¿Por qué deje de insistir?
Porque no se puede obligar a alguien a algo que no quiere, solo quería hacer lo correcto para ambos.
¿Por qué he llegado tan lejos?
Porque tu, mi corazón, hace que el amor me siga por todos lados y debo seguir huyendo.
¿Te das cuenta que debo olvidarla? ¿No ves que debo resignarme a tenerla lejos? ¿No entiendes que no podemos seguir así?; por favor corazón, déjame seguir este camino porque yo se que al final deberé volver a recorrer ese viejo camino, aquella viejo pasaje en aquella vieja calle pero definitivamente antes de volverlo a recorrer debo ser mejor, debo poder hacer algo que no hice antes y tal vez así pueda merecer un final mejor.
Paso la noche y el se sintió algo mas tranquilo, se volvió a engañar viendo lo que quería ver y siguió adelante; su corazón dictaba sur pero el tenia ganas de norte así que fue al este para no crear conflictos, dio una leve sonrisa y se dijo a si mismo: ¿Ahora a donde llegare?

Pensamos vivir toda esta vida juntos
Quisimos acompañarnos hasta la muerte
Sin peros ni excusas, quisimos amarnos.
Decirte “adiós”, no se si quiero decirlo.

No se si quiero no volver a verte nunca mas
Resignarme a ver a otras personas
Reírme con otras personas
O tener otras penas que no comparta contigo.

En nuestra tonta juventud planeamos tantas cosas
Hoy tú y yo tenemos otros sueños
La lluvia que a mi me moja, a ti te mantiene seca
El viento que a mi me acaricia, a ti te lleva
Solo hay algo que a ti te aleja.

¿Estoy listo? No lo creo,
Debo tener fe y dejar volar los sueños,
En cada estrella en el cielo,
Te aseguro que estaré acompañándote.


jueves, 5 de enero de 2012

Empezar a andar...

Estaba Alejandro sentado en una habitación sin ventanas, aguardaba la llegada de alguien que no llegaba, el timbre no sonaba muy bien y por eso estaba siempre atento a las pisadas que se acercaban haciendo que la impaciencia se apodere de él; la puerta estaba cerrada pero por el borde del marco se podía ver el exterior así que aprovechaba para dar una vistazo de vez en cuando a ver si alguien se aproximaba lo que hizo desesperarlo aun mas; la luz era lo suficientemente fuerte para alumbrar el lugar pero no lo suficiente para iluminar la labor que pensaba hacer así que tomo un cerillo y prendió una vela con la esperanza de encontrar una solución diferente en el cajón derecho de su escritorio, se estaba preparando para lo que venía aunque no quisiera admitirlo; Alejandro dio un pequeño suspiro de resignación para darse fuerza interior, saco una hoja en blanco, un lapicero, lo puso sobre su escritorio y empezó a escribir:
“Me encuentro en un campo grande, sentado ante la nada y abrazando el pasado; me anima ver el arduo trabajo que viene por delante pero sin encontrar razones para sentirme vivo es muy difícil sacar a la luz una sonrisa; tengo que volver a vivir en muchos pedazos hasta que alguien quiera volver a unirme aunque debo asumir que es posible que nadie más lo haga, seré optimista ante lo que viene y resurgiré para alimentar mis sueños que hoy están desnutridos, besar mis anhelos para que no caigan en el olvido y abrazar mi esperanza para no quedarme desamparado en esta soledad. Las cicatrices que hoy llevo dentro me hacen más fuerte que ayer y más sabio que cuando empecé, deberé sobrevivir aunque ya no esté mas y guardar la esperanza del “quizás”, deberé simplemente seguir aunque mi corazón guarda gratos recuerdos debo empacarlos y mandarlos al cajón, pasare junto a tu casa y recordare los días conversando en la puerta o peleando, lo besos mientras te aferrabas a mí y la lluvia que jamás pudimos disfrutar juntos, aun así y con toda mi nostalgia estaré atento a alguna señal, mientras vivamos en el mismo mundo siempre habrá una opción, aunque las ciudades cambien o los países nos separen, seguimos siendo dos personas que puede volver a coincidir en algún lado, simplemente somos dos cuerpos que tal vez unidos se hagan mejores o quizá separados les vaya mejor, el tiempo decidirá sobre el sueño que no se completo y las cosas que no te pude decir.
Aun con todo mi dolor debo decir que me quedaran las mañanas recordándote, las tardes imaginándote y las noches extrañándote; empacare mis buenos recuerdos y por decisión propia exiliare a los malos; tu boca se lleva algo de la mía y la mía queda con sed de la tuya, guardare mis ganas para cuando sea adecuado y por lo pronto me limitare a no pensar y a ocuparme lo más posible en cosas que no me hagan pensar en ti tan seguido como lo hago y sería bueno que no aparezcas en cada esquina a la que volteo o en cada cosa que toco; esperare que anochezca cada noche para decirte hasta mañana y aguardare el beso flotante que se que es probable que no llegue mas, aun así será optimista y prometo sonreír.
Siendo más sincero, debo mandarte a unas vacaciones para preguntarme de vez en cuando ¿Dónde estarás? ¿Qué será de ti?; espero que lo venga para ti sea mejor y encuentres ese algo que yo no tengo por más que busque, viajare un poco para que los kilómetros te borren un poco y pondré a prueba mi resistencia al dolor; abusare un poco de la escritura para dejar volar la imaginación y a la vez dejarte saber que eres parte de mi aunque ya no quieras serlo más… Debo despedirme, hasta pronto.”
Alejandro dejo la carta sobre el escritorio y apago la vela, cogió las cosas que lo aguardaban en la esquina de la habitación y dio una última vista a aquel lugar donde la vio por última vez, a ella, a su gran amor que nunca llego a la última cita; con la cabeza gacha y los ojos húmedos no tuvo más remedio que cerrar la puerta y seguir, no girar y tampoco desistir porque el sabia que de nada serviría… Desde entonces Alejandro vaga por el mundo, anda de aquí para allá siempre incompleto por el amor que le falta y aun sigue escribiendo pensando en aquella última cita, esa cita que no pudo darse tal vez porque el destino no lo quiso, aun así guarda la esperanza en el corazón y la fuerza en el alma para una última batalla, un último intento que no sabe cuando llegara pero que siempre esperara.

lunes, 2 de enero de 2012

Sueña mi amor

Tú te me fuiste lejos muy lejos
Me cuentan que te fuiste para ser feliz y
Que corriste huyendo de mí,
Pero te he conservo en el alma
Con la esperanza de que vuelvas a mí.

Sueña mi amor y vuela alto
Mientras yo con la lluvia juego
Y aguardo el momento de verte pasar
Aunque sea sobre mí.

Sueña mi amor y corre mucho
Ya no tratare de alcanzarte
Tal vez espere que te canses
Y quieras volver para ser feliz.

Yo se que tu corazón también espera
Aunque sigues escapando
Y diciendo que no deseas saber más de mí;
Recuerda que somos como el juego,
No se acaba solo se reinicia.

Te veré volver a junto a mi
Mientras tanto corre y vuela,
Te sentiré venir desde lejos
Y me volverás a ver sonreír.

Sueña mi amor y olvídame
Para que luego me recuerdes mejor;
Mientras yo me resigno a no tenerte
Más no a perderte.

Sueña mi amor y no veas atrás
Así será mucho más fácil,
Aunque sin querer
Siempre estaré a tu lado.