lunes, 13 de febrero de 2012

¿Estoy listo?

Alejandro avanzo y avanzo, siguió su voz interior sin cuestionarla y no se dejo intimidar por ninguno de los obstáculos que le fueron apareciendo en el camino, la falta de comida, la ausencia de compañía y hasta la falta de un empuje para seguir fueron duras pruebas que supo sortear para salir adelante pero aun así tenía miedo, aun había algo que lo ataba a su pasado y el tenía miedo de no poder desligarse jamás, que fuera el único obstáculo que lo hiciera caer y que a pesar de haber huido de él, lo siga aprisionando en su falsa libertad; Alejandro por las noches aun veía las estrellas y encontraba su rostro perfecto, aun por las mañanas le parecía que su sombra le seguía y por las tardes abrazaba su recuerdo cuando le era posible, él sabía lo que le pasaba y era que aun estaba enamorado, aun soñaba con el encuentro mágico e imposible, aun esperaba verla al voltear la esquina o divisarla en algún lugar insospechado, tenía la boba ilusión del encuentro perfecto que solo sucede en las películas, de pronto y de la nada su corazón entendió que era imposible, que no pasaría y tuvo que enfrentarlo a pesar de ser su mayor miedo. Esta es la historia que pasó Alejandro, de la única pregunta que se hizo después de huir tan rápidamente y que no pudo contestarse al menos hasta que tomo valor:
Había mucha Neblina con frecuencia, los caminos se hacían imposibles de seguir y por grandes tramos a Alejandro solo le quedaba confiar, no podía ver pero si sentía y el sentía que empezaba a  estar listo; a veces dudaba como es lógico pero siempre terminaba por convencerse de que pronto llegaría al final de su travesía, ya sentía que lo mucho recorrido lo había ayudado a superarse pero era hora de estabilizarse, de quedarse en un lugar por un tiempo más largo y poder construir algo nuevo, debía conocer la verdadera libertad. Llego a una ciudad lejana, desconocida y algo pequeña, la moto que había “tomado prestada” ya no daba para más por lo que decidió que ese sería el lugar para quedarse; alquilo un cuarto en el último piso del edificio mas alto en toda la ciudad desde donde podía ver los campos que se extendían a las afueras de la ciudad, compro lo que necesitaba para instalarse y cuando termino de ordenarlo todo solo quiso descansar, se hecho en la cama, cogió una colcha que cubría sus pies y se tapo con eso, se acurruco lo mejor que pudo para que el frio no lo penetrara y por ultimo trato de dormir… En la cama dio mil vueltas, trato de acomodarse pero no conciliaba el sueño de ningún modo, se quedo boca arriba viendo el techo y dio un suspiro; entonces volvió a ver las sombras, nuevamente veía fantasmas por las noches, una sombra que entro por la ventana se poso a su lado, Alejandro pensó por un momento que debía volver a escapar, debía hacer arreglar la moto y seguir avanzando lo más posible para que no lo encuentre mas, lo pensó, se preparo para salir corriendo del cuarto y seguir huyendo pero su cuerpo estaba cansado, no quería seguir huyendo; tomo valor nuevamente pero estaba vez para luchar contra sí mismo, para enfrentarse a sus miedos e intentar salir airoso para poder seguir viviendo; Suspiro, cogió a la sombra y la apego a si, al inicio parecía que iba a intentar estrangularla, apretó y apretó pero la sombra no ejercía resistencia alguna, se dejaba y por tanto el también dejo de apretar, se convirtió en abrazo, la abrazo por un largo rato hasta casi quedarse dormido y luego la soltó, no podía creer que la sombra no le había hecho daño, el huyendo por mucho tiempo y resulto ser que la sombra no quería aterrorizarlo; una lagrima le rodo por la mejilla y su corazón lo empujaba a decir algo, pero no salía, estaban pasando muchas cosas a toda velocidad y eran pocas las frases que podría hilar en esa condición, los minutos seguían pasando pero era lo de menos, lo mas aterrorizante fue ver a la sombra alejarse, huyo mucho tiempo de ella pero después del abrazo no quiso que se vaya mas, se sentía raro, tenia pena.
Sin darse cuenta Alejandro se había quedado dormido, para cuando se levanto vio sobre la mesita de noche una nota la cual solo decía “Cuídate mucho, buena suerte”… Alejandro se levanto, hizo arreglar la moto y tomo una decisión, regresaría a donde todo empezó, devolvería la moto robada y todas las noches vería al cielo rogando que su espectro este muy bien donde sea que este.

No hay comentarios:

Publicar un comentario